¿Ampollas al caminar? ¡Ya no más!

Si más de una vez has temido a las caminatas por culpa de las ampollas en los pies, ya no será un problema, todo lo que necesitas es saber por qué aparecen y cómo evitarlas.

Una ampolla es la respuesta de tu piel ante la constante fricción o a las quemaduras. Aunque tengas un buen calzado, es posible que aparezcan, es importante que te des cuenta qué está fallando entre tus medias y zapatos para permitir que salgan ampollas y evitar a toda costa el constante roce.

Si la fricción no es muy violenta el cuerpo prepara esa parte creando un callo. Esto es el engrosamiento de la epidermis que funciona como protección, imagina si no tuviéramos calzado, la planta del pie se engrosaría y te permitiría caminar sin mucho dolor.

Tener un callo no es nada grave, pero una ampolla puede ser tan dolorosa y peligrosa en las caminatas. Si se te revienta y no la tratas a tiempo, puede presentar heridas graves e infecciones como hongos.

¿Qué podemos hacer si ya tenemos una?

A la hora de curar las ampollas tenemos dos opciones. Una de ellas es dejar que se recupere por sí sola, con el paso del tiempo, el líquido se absorberá y la piel hinchada actuará de capa protectora.

O bien, la otra es sacar el líquido con una aguja esterilizada, pero ten cuidado no debes retirar la piel que sobra de la ampolla ya que esta actúa de barrera para infecciones, es importante que tengas a la mano Derman ya que por sus componentes podrá ayudarte a evitar que las infecciones entren por la abertura de esa ampolla.

Consejos para que no aparezcan más.

Aparte de cuidar la piel de los pies adecuadamente, utiliza un buen calzado que no te apriete al caminar ni calcetas que te rocen, antes de una caminata es bueno colocarse Derman para que te proteja de infecciones. Es importante que vayas al podólogo para saber más acerca de tus pies y qué tan resistentes son para las caminatas largas y cómo cuidarlos más a detalle.

Recuerda, que la salud de tus pies son un factor importante para llegar a donde quieras.